Durante los meses de frío debemos cuidar nuestra salud ocular. En invierno los ojos también están expuestos a la luz solar pero además sufren los efectos del viento, el frío y un ambiente seco provocado por las calefacciones y las estufas. Proteger nuestros ojos del frío es importante!
El problema más habitual es la sequedad ocular. En el trabajo o en casa ponemos la calefacción. Mantenerla a una temperatura adecuada (entre 22 y 24 grados) y usar humidificadores de ambiente son dos medidas que nos pueden ayudar a prevenir la sequedad de los ojos.
Si practicamos deportes al aire libre -como esquiar, ciclismo o running- proteger los ojos es muy importante. Usar gafas adecuadas son un complemento tan básico como las bambas, los esquíes o la bicicleta. Protegen los ojos del sol, el viento e impiden que nos entren partículas que el viento pueda arrastrar. En caso del esquí, las gafas son imprescindibles ya que la nieve actúa como espejo de la luz solar.
Parpadear con frecuencia y ponernos lágrimas artificiales pueden ser dos maneras para aliviar la sequedad que el frío provoca en nuestros ojos. En caso de la sequedad persista o si provoca más molestias, lo más recomendable es visitar al oftalmólogo. Así descartamos alguna patología más grave y podemos aplicar un tratamiento adecuado.